Por un momento, el presidente también se quedó helado y dijo torpemente, —he estado un poco ocupado últimamente y me he olvidado de este asunto.
Luisa miró al presidente, —Papá, ya sabes que la salud de mamá empeora día a día, así que quiero darle un banquete para celebrarlo. Es justo que invitemos a los abuelos, y así tendremos una feliz cena familiar.
El presidente asintió, —Tienes razón, bueno, preguntaré a ver si puedo organizarlo.
Rosalía aprovechó para hablar, —Papá, ve a preguntar por Luisa, en el hotel Villa Aide deberían darte otra cita y organizar otro banquete.
Luisa se puso seria al instante, ¿cómo se atrevía esta zorra a hablar así?
En ese momento alguien se acercó a saludar al presidente, que caminó directamente hacia el grupo.
Luisa y Rosalía se quedaron quietas.
El ambiente estaba un poco tenso.
Rosalía se enderezó el bolso de diseño que llevaba y sonrió, —Luisa, sé que es importante que tu madre también cumpla años, pero al fin y al cabo, he hablado antes con papá, y h