Evadne
Despierto con la luz del sol atravesando la tela de la carpa. La tormenta de la noche anterior ha pasado y ahora el paisaje se siente totalmente diferente. Me levanto desperezando mi cuerpo, y no es sino hasta que me siento que me doy cuenta de que Théo no está a mi lado.
—Qué extraño, ¿a dónde habrá ido? —digo en voz alta.
Como puedo me pongo de pie envolviéndome en el enorme y grueso abrigo suave y calientito y acabo por asomarme fuera de la carpa mágica.
El sol irradia con intensidad reflejándose en la nieve y dificultando la vista. Espero ver a alguien afuera, pero para mi sorpresa, no hay nadie.
—No es posible, ¿se fueron sin mí? —pronuncio con pánico.
Théo no sería capaz de hacerme algo así, ¿o sí? Camino a través de la densa nieve volteando a todos lados, el pánico comienza a invadirme y sin darme cuenta, mis piernas se enredan con el paso de la nieve provocando que pierda el equilibrio.
Pego un grito y espero el momento en que mi cabeza impacte contra el suelo, pero de