CAPÍTULO 30: LA ÚLTIMA BATALLA
Evadne
Théo gruñe con impotencia mientras Meinara me tiene bien sujeta del cuello. Sus garras amenazan con enterrarse en mi garganta y desgarrarme. Pero esta vez no pienso permitir que me usen de rehén.
—Ya ríndete, estás sola y nosotros somos más. No ganarás nada con esto —le dice Théo dando un paso más hacia delante.
—¿Crees que estoy sola? —pregunta con evidente sarcasmo, al tiempo que una risa maldit4 resuena en el espacio abierto. Mis hijos, el consejo y los demás lobos están alertas. De pronto ella aúlla hacia el cielo y en cuestión de segundos, un ejército de enormes lobos aparece en todas partes, rodeándonos.
Entre ellos alcanzo a ver al chico que quiso acabar con mi vida, Drugen. Incluso hay algunos guardias del palacio involucrados.
—¿Sigues pensando que estoy sola? —Meinara se ufana, segura de que esta es una pelea que ganará.
Intento zafarme de su agarre, pero ella me somete y una de sus garras se clava en mi piel. Enseguida un hilo de sangre