Mundo ficciónIniciar sesiónLa mención de sacerdotes y nobles hizo que la mente de Ahmose volara directamente a Imhotep. El Sumo Sacerdote, con su ambición y sus sermones críticos, era una figura que encajaba perfectamente en la descripción. La advertencia de Hori sobre los rumores cobraba ahora un sentido.
—Si tienen conexiones en la corte, la investigación será delicada —dijo Ahmose—. Necesitamos pruebas..—Y discreción absoluta —añadió Nebu—. Un paso en falso, y podríamos desatar una tormenta política.Ahmose se alejó del mapa. Caminó unos pasos, su mente trabajando a toda velocidad. La presión era inmensa. Como Comandante en Jefe, su deber era proteger a Egipto de sus enemigos, tanto externos como internos. Pero ahora, la amenaza se sentía más personal. La sombra de la intriga se cernía sobre el palacio, sobre su hogar. Sobre Nefertari.La imagen de Nefertari se apoderó de su mente. La idea de que ella pudiera ser un objetivo,






