Mundo ficciónIniciar sesiónEl palacio de Ahmose y Nefertari, una vez un símbolo de su amor y su nuevo comienzo, comenzó a sentirse como una fortaleza de cristal para Nefertari. Las amplias estancias, los jardines exuberantes y los sirvientes atentos no lograban llenar el vacío que sentía. Los días se sucedían en una rutina implacable de audiencias, lecciones de protocolo y reuniones con otras damas de la corte. Cada sonrisa era una actuación, cada conversación un ejercicio de diplomacia.
Se encontraba sentada en su tocador, mientras Baketamon le peinaba el largo cabello oscuro. La conversación con Serket la había perturbado, su mente maquinando una estrategia para denunciar al Sumo Sacerdote sin que la señalacen de calumniadora y conspiradora. Denunciar a un hombre de la fe era peligroso. Y el Faraon era un hombre de fé y le tenía plena confianza a sus sacerdotes.La distancia de Ahmose la consumían, y sin embargo, ella debía entender que Ahmose estaba obligado a cumpli






