25.
Cuando entregó el diamante a la hechicera, cuando lo llevó hasta la superficie, incluso cuando lo dejó en la mesa de regalos mientras veía por última vez a la mujer que le había arrancado el corazón, jamás imaginó que lo necesitaría, nunca pensó que un día esa joya tendría que regresar a él.
Pasaron los años y el viejo rey, su padre, decidió dejar que el curso de vida continuara. Aunque son criaturas muy longevas e incluso algunos miembros de la realeza eran inmortales, no significaba que no puedan o quieran morir, una vida larga no asegura la felicidad, y al estar solo, el pobre rey con su hijo, extrañando cada día a su amada reina, cuando por fin vio que su hijo era adulto y tenía a su lado a una joven sirena de buena familia y de noble corazón, y aparentemente la madurez se había asentado en él, decidió ir a aquella zanja donde existía el único artefacto que podría transferir su fuerza, fue por el diamante que por fin convertiría en un rey al príncipe.
Reunidos en el salón, ante