-Se...señor ¿A dónde vamos?.
-Horas.
-¿Co..cómo?.
-Horas,ese es mi nombre,o si prefieres puedes llamarme amo,pajarito.
Gabrielle se quedó paralizado un momento en medio del callejón. Era de madrugada aun y hacia muy poco que se había despedido de Foran. El muchacho no era tan malo después de todo y parecía quererse llevar bien con él.
-¿Se...señor?. Gabrielle no dejaba los balbuceos aun frente a el gigante. Una parte suya quería tomar enserio las palabras de Horas, pero la parte mas racional de su cerebro le ordenaba seguir con la misma actitud precavida.
-Díme,pajarito.
-Usted me confunde,señor.
Por fin Gabrielle se animaba a expresar en voz alta alguna de sus ideas. El temor hacía que su lengua se paralizaba la mayor parte del tiempo.
-¿Ah sí? ¿Y eso porqué?.
Preguntó Horas intrigado luego de lanzarle una mirada escrutadora al muchacho. También Gabrielle pensó que Horas había evadido con gran habilidad el decirle a dónde se dirigían. Porque el "rondín" como había dicho Adasius, el p