Veía el nombre de tía Aileen en el identificador de mi celular mientras sonaba la típica melodía de llamada. No sabía si debía contestar.
-Háblale – instó mi madre.
-No tengo ninguna respuesta aún, madre, no puedo escoger ahora – el celular seguía sonando – Se supone que esto lo hablaríamos más adelante.
-Lo sé, mía vita, pero tu tía considera que estarías mucho más segura si te fueras con ella y aceptaras la propuesta – suspiró cansada – Le aterra que te pase algo, como a nosotros, pero esta es tu decisión, aunque no quisiera que te fueras amore mío.
-Pero sé que te preocupa que aún pueda estar en peligro – terminé lo que pensaba y no deseaba decir.
-Muchísimo