Ante tal acontecimiento, la asistente se sorprendió y de inmediato abrazó a Rouse.
— ¡Se lo dije señorita! ¡Usted tenía loco a ese hombre desde hace semanas! Yo podía verlo~
— Jajaja~ No seas exagerada.
— ¡No lo soy! Por favor~ cuénteme más ~ — Pidió Alice emocionada.
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8: 00 pm.
Sus ojos azules claros se paseaban en la grandiosa vista de la isla que tenía enfrente esa noche, observando desde el grande y lujoso barco en el que se encontraba.
Las luces que iluminaban la mansión y sus alrededores resaltaban a distancia y si apartaba su mirada podía observar el mar que estaba en calma.
Sentía la refrescante brisa nocturna mecer lentamente su cabellera ondulada y a si mismo su vestido de color dorado, largo y un poco volado.
En su mano sostenía una copa de champagne sin alcohol, la cual llevó a su boca y tomó un sorbo.
Dirigió