Jacob Smirnoff
New York
Mamá me sonríe y estoy seguro que ya se está imaginando toda la escena, yo no habia llevado a ninguna novia a la casa, aunque sabían que de vez en cuando salía con amigas, no habia estado en una relación formal como para eso, pues llevar a alguien a casa significaba.
– ¿Quién es hijo, la conocemos? – Preguntó mamá.
–No mamá, es alguien ajena a nuestro círculo social. – Aclaré de inmediato.
Por todo lo que se movía a nuestro alrededor iba a representar una dificultad bastaste mayor de parte de papá, pero en esto no se mandaba y si estaba pensando en imponerme a alguien, ahí si lo iba a desobedecer en rotundo. Mi corazón ya le pertenecía a Jen al 100 por ciento de eso no tenía ninguna duda, nada ni nadie podía intervenir en eso. Y era algo que dejaría bien claro desde el principio.
–Bueno, eso no es ningún problema, desearíamos conocerla. – Demandaba mamá.
–Sí, hermanito, a mí también me encantaría conocer a tu futura novia. – Su aprobación me daba ánimos para se