Jacob Smirnoff
Miami
Cuando mi hermano y Dulce, se dieron la vuelta y se alejaron, comenzó el verdadero calvario, porque esto no se iba a quedar así entre mis padres, papá no tenía por qué culparme a mí de lo que estaba pasando con Boggi, yo ni siquiera le había presentado a Dulce ni mucho menos le dije que se fueran juntos.
–A ver Mijaíl, quiero que hablemos claro, aquí nadie tiene la culpa, excepto tú. – Lo acusó mamá.
No me quería meter en esta discusión, porque de todas formas iba a salir perdiendo, permanecería callado, ya mis cuestiones las arreglaría yo solo, pues ya me iría mudando definitivamente al departamento, mi mujer y mi hijo, se mudarían conmigo, ya eso lo tenía decidido.
– ¿Yo, por qué? – Preguntó mi padre.
¿Y todavía lo pregunta?, mi hermano se hubiera quedado si mi padre hubiera mostrado un poco de respeto por su decisión, y es que ni siquiera se había hablado nada cuando nuestro padre ya estaba insultando a Dulce y eso ni yo se lo iba a aguantar.
–Porque lo has pre