La semana se fue muy rápido, Armando cumplió su palabra, al día siguiente tomo sus cosas y salió de la casa, al fin se estaba librando de un matrimonio que nunca debió ser, ahora solo quería dejar atrás todo lo que él hizo, olvidar y solo vivir el presente que era Cristopher.

El lunes en la noche como el mismo dijo festejaron a su manera en su departamento, primero con una cena que él preparó y después dejaron que la pasión los envolviera, hicieron el amor como locos enamorados, él la tomo lentamente, sus labios hicieron él amor a su boca, ya no podía imaginar estar con ninguno otro.

Por la carga de trabajo no había tenido tiempo de preguntarle a Cendeño, si el abogado de Armando había metido la demanda de divorció al juzgado y si era así, quería saber si sabría cuándo podría él juez dar la sentencia del divorció, para comenzar a planear su nueva vida con Cris, el hombre que se había convertido en su vida y en su amor.

En cuanto entró a su oficina él olor a rosas inundo su nariz, miró