—¿Qué? —cuestiona el alfa mirando a la loba sin entender lo que acaba de decir.
—Escucha, —este agudiza sus sentidos escuchando más allá de su casa, gritos de niños, gruñido y humanos gritando.
—Nos atacan.
Su mandíbula se tensa al igual que todo su cuerpo, enseguida toma el pantalón de chándal para poder cubrir su desnude, Kara baja de la encimera y el alfa toma su mano.
—¿Qué vamos hacer?
—Tu nada cachorrita, mantente segura en mi oficina, —la lleva arrastras hasta esta y la mira por varios segundos—. No salgas de aquí.
—Tengo miedo.
—Iré por Dantes, —Kara asiente y Leonardo va hasta la habitación de su pequeño hijo que está dormido, muy lejos de todo lo que está sucediendo fuera.
—Papá
Susurra adormilado.
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