Varios vasos de cerveza más tarde, Mireya preguntó - Bombón ¿Estás bien? Si quieres podemos tomar un taxi y... -
- No pienso dejar mi auto en las calles con tanta gente loca -
- Pero ya no puedes conducir -
- Claro que sí. Aún me siento capaz ¿Okey? -
- Está bien. Deberíamos irnos ya -
- ¿Que no quieres subir a algún juego? - Preguntó el rizado.
- No creo que sea buena idea que te marees más en uno de los juegos. Vas a terminar vomitando. Vamos - Lo tomó del brazo.
- Tranquila aún puedo caminar y manejar, no estoy ebrio -
En el edificio llegaban Jay y Lizzie. Al subir las escaleras la chica se tropezó, chocando su cuerpo con el de su ex novio, él la abrazó, ambos sonrieron. El pecoso aprovechó el momento para sujetar las caderas de la joven con una mano y con la otra la tomó de la nuca para acercar su rostro y besarla. El momento era perfecto, ambos estaban felices, con un par de cervezas encima así que era facil que los besos y las caricias fluyeran.
Liz dió un paso hacia arriba, sub