Un lujoso automóvil negro se detuvo frente al hotel. Hans salió del auto rápidamente y entró al vestíbulo del hotel a grandes zancadas.

—Señor, ¿necesita hacer el registro de entrada? —preguntó la recepcionista.

—Sí.

—¿Ha realizado una reserva previa?

En el camino, había reservado una suite ejecutiva en el hotel. En este tipo de hotel de lujo, no se permitiría acceder al ascensor sin haber completado el registro. Incluso si lograban entrar al ascensor, tendrían que utilizar la tarjeta de la habitación para seleccionar su piso.

Hans entregó su identificación a la recepcionista y dijo una excusa con calma:

—Me gustaría una habitación en el sexto piso, tengo una superstición al respecto.

—Entendido, voy a verificar si aún tenemos habitaciones disponibles en el sexto piso —respondió la recepcionista.

Después de unos minutos de verificación, el recepcionista informó:

—Señor, solo nos queda una habitación disponible en el sexto piso. ¿Le importaría tener la última habitación del pasillo?

—N