Lolita se retractó de sus palabras. Desde el principio Lolita se había sentido incómoda. Sobre todo por Diego que quería reservar una habitación. Ella pensó que se podía confiar en Diego. Hasta el final, el hombre nunca cambiaría.
"No quiero". Lolita trató de liberarse. Sin embargo, Diego la agarró con más fuerza.
"Sólo dormir, Lolita", dijo Diego con énfasis. Lolita miró con suspicacia al hombre frente a ella.
"¿Prometes sólo dormir?"
"Sí. Ahora ven aquí". Diego dio unas palmaditas en el lugar a su lado. Lolita se vio obligada a obedecer. Diego colocó su cuerpo de lado frente a Lolita. Sin embargo, Lolita le dio la espalda. "Estoy aquí, no allí."
Molesta, Lolita cambió su posición para quedar frente a Diego. Por un momento el silencio envolvió a ambos. El corazón estaba lleno de incomodidad. Y lo que hizo que Lolita no pudiera moverse fue la mano de Diego que no podía soltarse de su cintura.
"¿Dijiste que querías dormir?"
"Estoy intentándolo."
"Entonces cierra los ojos."
"Cántame una