POV de Diego
La guerra había terminado.
Después de años de planes, de sacrificios, de noches sin dormir y decisiones que me perseguirían el resto de mi vida, finalmente había logrado lo que me propuse: Dave estaba acabado.
Su imperio, construido sobre corrupción y mentiras, se derrumbó como un castillo de naipes. Sus empresas quebraron, sus aliados lo abandonaron y su reputación quedó destruida. Lo dejé sin nada.
Pero mientras me quedaba solo en mi oficina, con el whisky en la mano y la ciudad extendiéndose frente a mí, me di cuenta de algo: la victoria no sabía a nada.
Porque en el proceso, había perdido algo más importante.
Había perdido a Adriana.
Después de la caída de Dave, Adriana se alejó.
No hubo gritos, ni una pelea explosiva. Solo distancia. Fría, silenciosa e impenetrable.
No me respondía los mensajes. No devolvía mis llamadas. Ni siquiera una señal de que todavía me tenía en su vida.
Lo entendía.
Para ella, la guerra contra Dave no solo se trataba de negocios. Se trataba de