Capítulo 48 La prueba de ADN
De vuelta en la ciudad de Braeton.

En el interior de su dormitorio, Kate estaba abrazando a Carlos número dos. Tenía sus brazos y piernas alrededor del enorme oso, y su rostro acariciaba su cabeza. Si no hubiera sido por Carlos número dos, a Kate le habría costado dormir, especialmente después del tiroteo en París. Tenía que admitir que el regalo de Carlos fue algo efectivo para reemplazar su ausencia.

Oyó sonar la alarma, pero la ignoró, hundiendo la cara en la suavidad del peluche. Sus ojos aún estaban cerrados mientras se quejaba. “Ay no. No quiero dejar a Carlos todavía”.

Su alarma sonó sola y Kate disfrutó de los minutos adicionales abrazando al osito de peluche. Cuando su alarma volvió a sonar, estuvo tentada a apagarla, pero cesó por sí sola. Sus ojos se abrieron y se volvió hacia su mesita de noche con el ceño fruncido.

"No tienes que ir a trabajar hoy". Al ver al hombre de carne y hueso, los labios de Kate se afinaron en una sonrisa y sus ojos brillaron.

Carlos.

Arrojó a
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