—¡¡Llévensela!! ¡Que se deshagan de ese estorbo, porque mañana se va a subasta!
—¡¡NOOOOOO!!
Pero aquel grito desesperado a nadie le interesa. Pronto vuelven a adormecerla para que se quede quieta y deje de gritar en el camino.
La sacan de la casa y se la llevan a una pequeña clínica mucho más le