Capítulo 3. Bailando hacia la oscuridad.

"...Aunque mis ojos te miran, no puedes verme.

"Aunque mis labios te llaman no puedes oírme.

Aunque mi corazón te quiere no puedes sentirlo..."

Growing Pains- Cold Cherry.

-No puedo creer que esas palabras hayan venido Demian, siento que estoy hablando con un completo desconocido…

-Puedes pensar lo que quieras, siempre he sido flexible contigo, pero no debes olvidar con quien estás hablando-

-Lo siento, pero no voy a permitir que le hagas esto, ella es una niña, no tiene ni la menor idea de nuestros problemas, ni siquiera debería estar parada en medio de ellos- alguien dice con tono alterado y casi gritando- Ella está sola en este país, no seas egoísta por favor…

-Jamás me ha interesado tu opinión Eymi, ella es mía, así que yo decidiré cada parte de su vida ahora en adelante, si quieres culpar a alguien, culpa a su mala fortuna, además, tú conoces perfectamente las reglas o ¿acaso debo refrescarte a memoria?

- Por favor, al menos dame tiempo y déjame explicarle, por favor hermano no pido más, buscaré una forma en la que ella acepte, te lo ruego…

- Tienes una semana para resolver esto de forma pacífica, porque sabes bien que al tener mi marca estamos unidos y por lo tanto ella no puede estar tanto tiempo lejos de mí…

- Lo sé, pero no quiero que sufra, compréndeme por favor, me siento culpable de situación, yo la entregué al lobo. 

- Eymi, te recuerdo que lo que pase con ella de ahora en adelante, no lo decides tú. 

(***)

Siento la garganta seca y todo me da vueltas, con la poca fuerza que tengo abro los ojos y me doy cuenta que no estoy en mi departamento, estoy en una enorme cama que no es la mía, ¿qué rayos pasó? Pienso hasta que me interrumpe el sonido de la puerta abriéndose.

- Hola Noah, ¿cómo te sientes? - Eymi tiene un tono triste y con preocupación. 

-Como si me hubiera pasado un tractor encima, pero he tenido peores días. - Me siento en la cama tratando de procesar todo, mi cabeza es un desastre. - No entiendo, ¿qué me paso?

-Bueno, creó que el champagne te pegó duro, nos extrañó que te hayas demorado tanto en el baño, así que Andy se ofreció a irte a buscar, pues pensamos que probablemente te habías perdido, pero te encontró desmayada en el pasillo junto al baño…-Se sienta a mi lado y toma mi mano derecha con mucha sutileza- Nos diste un enorme susto- me da una sonrisa sacarosa.

-Tengo la cabeza hecha un lio, después de salir del baño no recuerdo que paso, perdón por causarles todos estos inconvenientes- digo apenada- Jamás me había ocurrido algo así y realmente no me sentía ebria como para haberme desmayado, realmente no comprendo que sucedió…

-No te disculpes Noah, ahora descansa, cuando te sientas dispuesta le diré a Andy que te acompañé a casa, por lo pronto, trata de dormir porque aún no tienes buena cara. 

-Gracias Eymi- es lo último que alcanzo a decir antes de que salga de la habitación.

(***)

Después del incidente, todo ha transcurrido normal, ya pasaron tres días y por alguna razón siento una molestia en el cuello, sin darme cuenta, la molestia se convirtió en una comezón, y ayer en anoche, casi se arrancó la piel de tanto rascarme. 

Mi teoría es que probamente algún insecto pudo picarme, también me siento extremadamente cansada, y no he dejado de tener una serie de sueños extraños con personas que jamás he visto en mi vida, pero lo peor es que aún me atormenta el hecho de no saber qué fue lo que sucedió después de que salí del baño, ¿por qué no puedo recordarlo?

- Noah, ya tienes casi un mes con nosotros y no hemos celebrado tu bienvenida, propongo ir Cocorico- dice Samuel emocionado y casi gritando.

- Tienes mi voto- dice Marcus.

-El mío también- dice Eymi y luego Andy.

-Creo que ya no puedo negarme- digo en señal de rendición, realmente me encantaría llegar a dormir, pero negarse no es una opción, así que casi suspirando digo- Vamos entonces.

-Perfecto, entonces nos vemos en el Coco a las once, vayan cómodos y con ánimo de tomar hasta la última botella del bar- dice Samuel con emoción.

(***)

Luego de una video llamada con mi familia, me dirijo al closet para ver que puedo ponerme. Iremos de fiesta así que supongo que un vestido es la elección ideal. 

Opté por llevar un vestido corto con mangas de tres cuartos, cuello ovalado y de color rosa junto con mis botas largas.

Estoy viéndome en el espejo y contemplando mi excelente trabajo con las sombras cuando escucho un claxon, asecho y veo que es Andy, así que tomo mi bolsa y bajo para no hacerlo esperar.

(***)

- Wau jamás había venido a un lugar así- digo como tonta mientras veo las luces de colores que se reflejan en el techo de vidrio.

- Bienvenida a las parrandas primer mundistas, y aún falta lo mejor Noah- grita Samuel.

La música está tan fuerte que mis oídos retumban y no puedo escuchar muy bien cuando me hablan, Samuel reservó un privado así que no tenemos que estar en la barra ya que el mesero vino por la orden.

- Disculpen ¿les ofrezco algo más de beber? - dice un joven veinteañero, vestido de negro. 

-Sí, tráeme una botella de Whisky y hielo, por favor- grita Eymi.

Luego de cinco minutos el mesero regresa y en un parpadeo todos empezados a beber como si no hubiera mañana mientras bromeamos y reímos con los chistes de Samuel. 

- Vamos Noah, venimos a divertirnos- dice Andy mientras me jala a la pista y empezamos a bailar como el resto, creo que el alcohol se me subió a la cabeza porque por primera vez no me siento apenada y solo quiero bailar y divertirme. La música cambia a let me love you de Justin Bieber y en segundos Andy y yo estamos muy pegados. Él tiene una mano en mi cintura, mientras que con la otra quita el cabello de mi cara y seguimos moviéndonos al ritmo de la canción.

Verlo desde este ángulo me hizo prestarle atención a sus ojos que por cierto son lindos y muy claros, no puedo evitar perderme en ellos, no sé si es por el ambiente o el alcohol, pero estamos a punto de besarnos cuando siento que jalan mi brazo izquierdo con fuerza que me hace perder el equilibrio.

Antes de que pudiera procesar todo lo que acaba de ocurrir, veo casi como en cámara lenta, como una enorme silueta se abalanza sobre Andy y comienza a llenarlo de puñetazos y patadas. 

- ¡Basta Demián vas a matarlo! - grita Eymi y todas las personas de la pista se alejan, pero nadie interviene para ayudarlo, solo se quedan observando la terrible escena. 

- ¡Cállate Eymi!, tus malditos medios me orillaron a esto, ella es mía, ¿qué pretendías? ¿Pensabas que si ella se enamoraba de otra persona iba a poder escapar del lazo que nos une? – el hombre que grita con coraje dichas palabras deja de golpear a Andy, y procede a sacudir su ropa.

Cuando voltea a verme quedo prendada en esos ojos azules, y siento como un escalofrío me recorre la espalda, la sensación que tengo es este momento, es igual a la que sentí el día de la gala, es como si un miedo infundado regresara.

Trato de moverme, pero solo puedo dar un paso hacia atrás, es como si mi cuerpo tratara de reaccionar de forma automática al peligro que representa ese hombre, pero antes de poder correr, él toma mi mano izquierda y en un movimiento rápido, me carga sobre su hombro como su fuera un costal de papas.

Empiezo a gritar y patalear como loca, pero solamente veo a Andy tratar de levantarse y a Eymi llorar mientras Marcus la abraza.

Mientras salimos por completo del lugar, siento como la sangre se me está subiendo a la cabeza, y mi cerebro empieza a realizar innumerables preguntas, ¿qué demonios está pasando? ¿Por qué nadie me ayuda? Escucho el ruido de un carro abriéndose y me tiran dentro de este.

-Ayúdenme, ¿qué está pasando?, esto es un secuestro déjenme ir - grito y empiezo a tratar de abrir la puerta, cuando escucho que la otra puerta se abre y entra el hombre de que me trajo hasta aquí, con la tenue luz de la calle, me doy cuenta que es el hermano de Eymi, su aspecto es completamente diferente al que tenía el día de la fiesta ya que en vez del elegante traje de noche, está vestido en jeans, botines negros, una chamarra de cuero café y una playera negra. 

Trago saliva, la respiración se me paraliza y lo único que se me pasa por la cabeza es pensar que esta situación no tiene sentido, yo no conozco a esta persona, solo lo he visto una vez en toda mi vida, ¿qué demonios le pasa?

-No tengo ni la menor idea de que quiere, pero esto es un secuestro, así que déjeme ir o llamaré a la policía- le grito y sigo tratando de abrir la puerta, estoy asustada, pero la adrenalina me da valor para gritarle.

-Robert, vámonos- dice en tono seco, ni siquiera voltea a verme, pero cruza las piernas como si fuera el rey del mundo. 

-Enseguida señor - dice el chófer del auto, ¿en qué demonios está pensando al ser cómplice de este tipo?

Antes de que pudiera reaccionar, siento un tirón de mi cabello, grito de dolor, pero al tratar pronunciar maldiciones, siento sus labios sobre los míos. No entiendo que está pasando, este beso a me causa todo menos placer, duele. Rompe el beso y yo me trató de alejar lo más que puedo de él, atónita con la situación. 

-Se acabó el juego Conejita, ya me cansé de jugar. Te di la oportunidad de hacer las cosas de la manera fácil, pero parece que te gusta portarte mal.

- ¿De qué está hablando señor? Yo ni siquiera lo conozco, esta es la segunda vez que lo he visto en toda mi vida, usted debe estar confundido de persona porque yo solo viene a trabajar para el proyecto de su hermana- digo llorando- no puede hacerme esto, yo ni siquiera lo conozco…- mi voz se quiebra, y me llevo las manos a la cara para tratar de limpiar mis lágrimas. 

Se a lo que viniste a Berlín, y en realidad no me interesa lo que quieras hacer en este preciso momento, así que presta atención porque solo lo diré una vez, te encontré y no pienso dejarte ir… El hombre suspira como si mis palabras le enojaran. –Cierto, casi olvidaba que antes tienes que pagar por haberme engañado con tu amigo, jamás imaginé que a mi luna le encantara mover la cola a todos los que se le cruzaran en frente- dice en tono sarcástico mirándome con esos ojos azules fríos.

Antes de que pudiera procesar todo lo que me estaba diciendo, le lanzo una cachetada, el regresa la cara y ahora sus ojos azules solo me muestran odio y rabia, veo como aprieta los manos y me regresa la cachetada con tanta fuerza que me rompe el labio.

-Estamos empezando mal Conejita, parece que tendré que domesticarte- dice en tono seco mientras cruza su pierna en el asiento de cuero del auto, voltea su rostro, y el sabor a oxido inunda mi garganta. 

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