—¡Cosette! —la voz de Sierra, llena de pánico, se escuchó detrás de la niña. Los ancianos Blaine aparecieron tras ella, sus rostros palidecieron de sorpresa y terror al asomarse de inmediato.
Mientras tanto, Rachel se había puesto tan pálida como un papel.
Su hija estaba allí, mostrando una sonrisa