—No puedo creerlo, ¿esto es en serio? —El auto se detuvo en la Villa Winter. Rachel, quien observaba con total desespero a Alaric Winter, no podía creer lo que había ocurrido en cuestión de horas.
Luego de que su exesposo le dijese que iría a vivir con él, sus padres, lejos de enojarse o incluso su