Aleska Castillo Lumbardi.
─ Ya hoy te ves mucho mejor ─ pronunció la voz de Samuel.
─ Hoy me siento mejor ─ musité sintiendo unos suaves labios sobre mi frente y estaba segura que eran los de Samuel.
─ Me voy atender otro paciente ─ se escuchó la voz femenina.
─ Gracias por tú ayuda ─ le agradecí a la desconocida.
─ No fué nada, ahora más tarde vuelvo a pasar ─ mencionó la misma voz con amabilidad.
─ Te traje más ropa y compré emparedados y jugos ─ escuché la voz de Samuel, seguramente informándole a Sebas.
─ Te dejaré con papá y Dabo, mientras me ducho ─ informó Sebastián, besando mi cabello, asentí sin saber si me estaba observando.
─ ¿Cómo te sientes? ─ Me Preguntó Samuel, tomando mi mano derecha, seguramente para comprender que la pregunta era dirigida a mí. Suspiré levemente, escuchando una puerta abrirse y cerrarse levemente, seguramente Sebas, ingresando al baño.
─ En Oscuridad ─ musité con suavidad.
─ ¿Cómo te hace sentir ese hecho? ─ Pregunta Samuel, acariciando mi mano