CAPITULO 10 DALE UN FUERTE MOTIVO. Sebastián Ghill.
─ ¿Estás cansada? ─ Le pregunto a Aleska, observando su rostro, ella mueve su cabeza buscando mi voz, ha recuperado un poco más la visión y también puede escuchar mucho mejor.
─ ¿Laissa ya se fue? ─ Pregunta evitando responder mi pregunta y camino los pasos que nos separan, acomodándome a su lado en el gran sofá que decora su habitación, que parece más la de una clínica con quirófano incluído que una de las habitaciones de la mansión Lumbardi.
─ Sí, fue a visitar a sus padres y tú, no tienes que ocultarme que te sientes cansada, es normal por el viaje y todas las visitas de hoy ─ alego y ella, pestañea tratando de enfocar mejor mi rostro. Me acerco más y beso sus labios y ella sonríe, rodeando mi cuello.
Dabo, ingresa a la habitación con mi primo César y una enfermera. César, se acerca a nosotros y los otros dos proceden a preparar el tratamiento de Aleska.
─ Llegó la hora de despedirme ─ sonríe César, sentándose al lado de Aleska, llevándola a su pecho y abrazándola. Ellos dos si