06: Mi esposa es suprema

—Llegas más de una hora tarde— Me dice Lev apenas me ve con una expresión fría y detestable

—Agradecele a tu sirvienta que bajé— Volteo mi mirada hacia arriba, ella está viéndome desde el piso superior —Si no hubiese sido por ella, seguiría en mi habitación porque ganas de salir con el estúpido que quemó mi ropa no tengo

—Como sea— Parece que a mí esposo no le importa ni en lo más mínimo —No me arrepiento de haberlo hecho— Habla de mi ropa —Vamos que ya estamos retrasados

Salimos de la mansión Konstantin y subo al auto el cuál él maneja, no pienso hablarle así que solo observo por la ventana mientras él no quita la vista de la carretera.

—No llevarás ropa negra, podrás tener todos los colores a tu antojo pero ese no— Vuelve a darme la orden que me ha dado desde el día que lo conocí

—¿Porqué odias tanto el negro? No entiendo que tiene de malo, además lo estás usando en estos momentos— Mi mirada señala su traje, el cual es de ese mismo color con una corbata vino tinto

—Ya te he dicho que no— Dice secamente sin darme una respuesta clara

—¡Púdrete!— Le digo por último para bajar del auto —Debí quedarme en mi habitación y morir allí— Abro la puerta y comienzo a caminar hacia el centro comercial sin esperarlo

Debo comprar muchas prendas, en realidad debo comprar todo mi armario pero ¿Como haré? Todo mi armario era oscuro y los demás colores no me favorecen o eso es lo que pienso.

Llego a un lugar que me ha llamado la atención, hay atuendos hermosos, decido entrar y Lev lo hace detrás mío porque no es capaz de confiar que compraré ropa de otro color, hasta este punto llega su desconfianza.

—Hola— Saludo formalmente a la mujer que supongo me debe atender —¿Como está?— Sigo agregando conversación mientras observo las hermosas prendas que hay

—Hola ¿Qué se le ofrece?— Me responde amablemente —Algo que busque en particular?

—Busco renovar mi guardarropas ¿Podría guiarme porfavor?— Confieso rápidamente con ganas de restregarle en la cara a Lev la manera en que destruyó mi ropa, pero no lo haré

—¡Claro!— Se pone de pie con una sonrisa —Sigame y le mostraré todo lo que hay en tendencia

—Todo menos negro— Lev interrumpe nuestra conversación —Tiene demasiadas prendas de ese color

—Está bien— Responde la mujer de cabello lacio con una sonrisa —Además del negro hay colores oscuros que son totalmente hermosos y tan elegantes como ese

—Me gustaría verlos, si no es molestia— Le hablo nuevamente —Los colores vivos no son lo mío, no le gusta resaltar

—Sígame— Decido hacerle caso y camino tras ella

En realidad mi fascinación por el color negro vino al ver que no padre usaba ese color, siempre me quise parecer a él así que opté por copiarlo, su estilo era demasiado bonito para mí y quería hacer lo posible para ser igual, aunque me decepcionaba la idea de que no hubiese ropa como la de mi padre para mujeres pero él decía que me veía presiosa.

Pero además de eso hay colores que son totalmente bonitos e impactantes creo que puedo usar algo más además del negro pero no tan alarmante como colores muy vivos, siento que voy a resaltar, todos me verán y eso es algo que una princesa de la mafia no nesesita.

Después de horas de elegir atuendos, he terminado, Lev me esperó afuera porque no quería verlo, parece que ya entendió que usaré otros colores, salgo con todas las bolsas de compras, son pesadas obviamente y lo veo a lo lejos sentado con su espléndido porte, mirando nuevamente su reloj, llego frente a él y tiro las bolsas con cuidado al piso.

—Ayudame— Le digo mirándolo fijamente —Tú quemaste mi ropa, que no te sorprenda el valor de todo esto

—Es tu ropa, llevala tú— Me responde en tono frío —El precio no me interesa, dinero es lo que menos me hace falta

—El dinero no te hace falta, creo que un buen beso si— Se me escapa lo que pienso —Pesan demasiado, solo llévalas al auto y ya, no es mucho lo que te estoy pidiendo— Cambio de tema

—¿¡Que!?— Se sorprende por lo que le dije —No lo haré, es mi última palabra y lo del beso no es de tu incumbencia

Lo dejo hablando solo y comienzo a caminar con rapidez para perderlo de vista, camino y noto que él no me está siguiendo y eso es bueno, subo las escaleras hacia el tercer piso, estoy buscando algo que quiero hacer, simplemente para demostrarle que no dañé aquel hermoso vestido.

Comienzo a buscar por todos lo sitios donde podría encontrar un vestido pero ninguno me gusta así que continuó en mi búsqueda.

LEV:

Elihana ha desaparecido, solo me dejó todas las bolsas de sus compras y se alejó descaradamente sin decirme absolutamente nada.

Tomo las bolsas y camino hacia el estacionamiento, abro el baúl del auto y introduzco todas las compras de mi esposa ahí, tomo me teléfono y comienzo a marcarle.

Esto no me gusta, no está contestando, nisiquiera sé si lo tiene con ella o lo dejó en la mansión.

Sin más que hacer vuelvo al primer piso del centro comercial y comienzo a buscarla con la mirada, es inútil, no la veo por ningún lado.

Juro que cuando la encuentre, no sé exactamente qué le haré, ¡Porqué rayos se tenía que perder! Maldición, que hice para tener una esposa con esta personalidad.

Me cansé de buscarla así que camino hacia el auto, afortunadamente la veo allí, esperándome recostada en este.

—¿¡Porqué te desapareciste!? Sabes perfectamente que no te iba a seguir porque me dejaste todas tus compras

—Tu no me seguiste porque no quisiste, ya vamonos, estaba buscando algo que me faltaba en mi guardarropas y ya lo encontré así que enciende el auto

Subo rápidamente y comienzo a conducir, ella sigue sin dirigirme palabra, solo sigue mirando hacia la nada.

—Pensé que habías comprado todo ¿Qué era lo que faltaba en tu guardarropa?

—No te diré Lev, después veremos cuando sea el momento, apropósito ¿No tenías que ir a una reunión?

—Una reunión— Trato de recordar —Ah si, una cena de negocios

—Entoces espera y me cambio de ropa y salimos, creo que aún nos da tiempo— Me habla mirando hacia afuera aún

—¿Irás conmigo?— Le pregunto totalmente sorprendido ya que desde que nos casemos no ha querido ni salir su habitación

—Sí, soy tu esposa y hay que demostrar que te apoyo incondicionalmente, así que espera y nos vamos

Hemos llegado a la mansión así que baja del auto y entra solamente con la última compra que hizo, yo ordeno que lleven todo lo demás adentro y camino hacia la sala a esperarla hasta que salga.

—¿Señor?— Verónica me habla —¿Le sirvo la cena?

—No, voy a salir en unos minutos así que nos es necesario

—Está bien— Me dice por último y se retira

Yo sigo esperando a mi esposa que no baja rápido, estoy seguro que no solo se cambiará de ropa, también de maquillaje demorandose mucho más, solo queda esperar.

Mientras espero sigo pensando, por fin podré mostrarle a todos los inescrupulosos que se hacen pasar por mis amigos la hermosa esposa que tengo.

—Señor Lev— Escucho otra voz —¿Le traigo un poco de té?— Ágata me ofrece sus servicios

—No Ágata, estoy bien puedes retirarte

—Si quiere puedo ofrecerle otro masaje, para que recupere la tranquilidad— Se ofrece con una extraña mirada

—¡Hey Lev!— Otra dulce voz me llama

Llevo mi mirada hacia el pasillo y ahí la veo, con su hermoso vestido de color azul oscuro el cual resalta su delgada cadera y toda la hermosura de su cuerpo, su lacio y negro cabello suelto, una sonrisa brillante que expresa mientras me mira con sus penetrantes ojos miel.

Me quedo sin palabras, noto como Ágata la mira, pero no de buena manera ¿¡Como se atreve a mirar con malos ojos a mi esposa!? Ella se retira con cólera en si rostro pero eso es lo que menos me importa en estos momentos.

Pensé que tenía una bella esposa pero esto es otro nivel, camino hacia ella y entrelazo mi brazo con el suyo mientras la miro con una leve risilla.

—¿Nos vamos?

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