Danixa sintió a su cuerpo perder todo el calor, enfriándose hasta la última célula y en su mente retumbaba la pregunta que el descarado niño le había hecho. Sin poder darle respuesta a la pregunta ni entender el manojo de recuerdos que la invadieron, regresó al pasado que guardaba en algún lugar de su mente, donde recreo momentos en los cuales se permitió soñar.
-Danixa hija mía tu padre quiere hablar contigo- su madre le avisó cuando se acercó al comedor a almorzar, acababa de llegar del colegio.
- ¿Pasó algo madre? - contestó con poco interés pues su estómago la tenía más preocupada en lo que almorzará.
-No me dijo nada, almuerza y vas a verlo está en