— ¿Usted llama a esto tranquilidad?, en su casa tiene todo lo que necesite y nadie le puede hacer daño allá. — Me explica—
—Quiero conocer el mundo real, me siento en una jaula de oro allá. — Le digo.
—Le traje algo de ropa, para que se cambie. — Me dice él con la mandíbula apretada.
— ¿Le dijist