—Era el CEO, con mi esposo al frente de las empresas, los inversores vendrán solo por él.— Digo con seguridad, callándole la boca a más de uno.
—No puedes cambiarme como si fuese desechable.— Se queja mi sobrino poniéndose de pie con las manos empuñadas, pero no se atreve a acercarse a mí como antes