—No sé porque tu cara de felicidad, igual tienes que laborar pero no con el doctor, sino como asistente de la doctora Petrovic. — Me dice ella, no conozco a la doctora bien, pero no puede ser peor que Andrew ¿o sí?
—Bien. — Respondo feliz.
Me lleva a la oficina sale una chica tímida de lentes de