Entran los tres por la puerta que da a la terraza y mi alma se tranquiliza porque vienen riendo. Ver a Mateo y a Santiago reírse juntos a pesar de la inquina que se tienen, sólo puede significar que todo salió tan bien como esperábamos.
Esta vez Aitana viene en brazos de mi cuñado, y Santiago carga todos sus equipos sin sudar siquiera.
Nuestra hija llega con nosotros y nos muestr