Salgo de la casa de mi padre, ya había
pasado dos semanas y me vine a casa
de mi padre donde me acogieron de
maravilla, su mujer era un amor y mi
hermana pequeña es un cielo también.
Justo cuando estoy por subirme al
coche, siento unas ruedas de coche y
miró de donde venían, veo a Ignacio
bajándose del coche y dándole un
portazo, me di cuenta que tenía barba
de una semana por lo menos y no venía vestido como siempre
sino que venía en chandal y encima iba coreando pero eso no le impedía venir
hacia ami y venía bastante furioso.
Yo intentaba ir para atrás pero no podía por qué Ignacio me
agarro del brazo pero sin apretar. En sus ojos se veía furia.
Me quede quieta trague seco y lo mire, nunca lo había visto
así. El me miró de arriba abajo para luego maldecir algo pero no supe el que.
Tardó unos cinco minutos en hablar y
ahora estaba relajado.
-- Dayan¿Ua podemos hablar? -- me dijo serio pero relajado.
-- No hay nada de que hablar Ignacio -- le mire sería, lo
que menos quería ahora es ha