ABUELA

SABRINA

El tiempo corre muy rápido, mis niñas ya cumple un año y pues han pasado tantas cosas.

Primero mi amiga Lucía se quedó a vivir definitivamente conmigo. Ella me ayuda muchísimo con mis niñas, incluso ese par la obedecen más a ella que a mí, son muy consentidas y si en definitiva son la viva imagen de su padre.

Aunque mi hijo y mi amiga no me han vuelto a preguntar por el padre de mis hijas. Lo cual agradezco, pero creo que sospechan quién es, pero no se atreven a preguntar.

Con Fabio no he vuelto a hablar, solamente he vuelto a escuchar su voz cuando habla con mis hijas por videollamada. Ya que Lucía lo comunica a diario con ellas.

Habla por horas con su mamá y aprovecha para ver a las niñas y hablarles, ellas felices lo escuchan y aunque sospecho que ellos saben la verdad o por lo menos tienen la sospecha, ellos no me han comentado nada lo que incrementa mis nervios.

No sé qué pasará el próximo año cuando él y mi hijo regresen.

Hoy salí un momento y deje a las niñas con Lucía, ya había pasado mucho que no venía a encargarme en persona de la cafetería y como es aquí donde se celebra el cumpleaños de mis hijas, pues volví para ayudar con la decoración y la supervisión de los dulces y el pastel del cumpleaños de las niñas.

Invitamos a varios niños que juegan con ellas en el parque, sus mamás quedaron de traerlos para celebrar el cumpleaños de Fabiola y Sofía.

A mis hijas las traerá Lucía, deje listo sus vestidos de princesas y sus moños para que ella se los coloque sin ningún problema antes de salir para acá.

Al llegar a la cafetería todos nos pusimos en marcha para acomodar las decoraciones, será una hermosa fiesta de princesas, incluso hay un inflable con forma de castillo y una piscina de pelota para que se diviertan todos los niños, habrá un espectáculo de magia y globos.

Pase mucho tiempo con la decoración y a penas y tuve tiempo de supervisar los pasteles, porque pedí que hicieran dos uno para cada una, además los demás dulces quedaron deliciosos, ya lo probé todos.

Cuando vi que todo estaba listo y los invitados comenzaron a llegar, le escribí un mensaje a Lucía para que traiga a las niñas.

Espere unos minutos y ella apareció con las niñas caminando frente a ella, abrí la puerta y el recibí feliz, todos les desearon un feliz cumpleaños y entregaron muchos obsequios.

—Están hermosas mis bebes — expresé llenándolas de besos

—Sí, mis ahijadas están más hermosas cada día — Lucía, quien fue la madrina en el bautismo de mis hijas, junto a Leonardo un buen amigo de ambas

La fiesta siguió con normalidad, las niñas reían felices con sus amigos y toda la decoración de la fiesta, incluso hacían el intento de bailar, se veían tan chistosas que Lucía y yo no podíamos dejar de reírnos

Al final de la fiesta las niñas estaban agotadas y después de cortar el pastel las niñas se quedaron dormidas y dimos la fiesta por terminada.

Los empleados nos ayudaron a subir los regalos al auto y luego nos fuimos a casa, yo tomé a Fabiola en mis brazos y Lucía tomó a Sofía, las subimos a la habitación y le colocamos sus pijamas para dejarlas dormir.

—Voy al auto para guardar los regalos —le comuniqué a Lucía

—Yo las cuido, me gusta verlas dormir cada día están más hermosas —comenta Lucía y yo salí de la habitación

Fui al auto y saque todos los regalos, los dejes en la sala y subí para decirle a Lucía que me ayudara a subirlos, por qué no pretendía bajar y subir las escaleras muchas veces.

Cuando llegue a la puerta de la habitación de mis hijas pude escuchar a Lucía hablarles y lo que les dijo me dejó de piedra.

—Mis nietas hermosas, cuando su papá regrese va a estar feliz al darse cuentas de las hermosas hijas que tiene —Lucía

—¿Qué dijiste? —pregunte desde la puesta y ella salió y me arrastro hasta la parte de abajo de la casa

—Ellas son mis nietas, tendría que ser muy ciega para no darme cuenta, ¿no crees? —expresa Lucía

—¿Y Fabio lo sabe? — pregunté nerviosa

—No, de hecho, cuando pongo a Fabio para que hable con ellas, uso filtros en el teléfono para que no vea sus ojos que son tan idénticos a los suyo y no se los oculto porque no quera que lo sepa. Si no porque sé que en cuanto se entere saldrá corriendo para acá y abandonará sus estudios — Explicó Lucía

—Y¿estás molesta conmigo? — indagué aún más nerviosa

—No podría estarlo, esa noche tu hijo y yo te invitamos a tomar y se nos salió de las manos.

Debimos cuidarte, pero te dejamos sola y esa noche mi hijo también estaba aparte de tomado drogado por sus amigos, así que no son responsables de lo que hicieron, ustedes fueron víctimas de las circunstancias y pues el resultado fueron mis hermosas nietas —Lucía

—¿Entonces no le dirás nada a Fabio? — hablé nerviosa

—No, hasta que regrese siendo todo un profesional, es decir, dentro de un año, es el tiempo que tienes para prepararte y decirle la verdad a nuestros hijos y que las niñas sepan que no soy solo su madrina, que soy su abuela —aclaro Lucía

—Lo de que te digan abuela, puedes ir enseñándoles y lo de decirle la verdad a nuestros hijos si lo he pensado y si tengo muy en claro que cuando regresen les diré todo y asumiré las consecuencias de haberme callado —respondí con seguridad

—Bueno, entonces vamos a subir estos regalos a la habitación de mis ahijadas, aún soy muy joven para que me digan abuela —Lucía con una sonrisa

—Creí que eso era lo que querías —comente mientras las ayudo a subir los regalos

—No, quiero que sepan que soy su abuela, pero no que me digan abuela —aclaro Lucía

—pues eres una abuela muy joven y hermosa — comente

—Aunque es cierto lo que dices, eso no quita que esté un poco molesto por no decirme desde un principio que los bebés que esperabas eran de mi hijo —Lucía

—Oye, tenía miedo a que te molestaras conmigo, por haber estado con tu hijo —confesé

—Me hubiera enojado si lo hubieras hecho de forma consiente, pero no fue así, así que no había motivos para que yo me enojara por eso, aunque si es incómodo saber que mi hijo se acostó con mi mejor amiga —explicó Lucía y yo, pues me quedé pensativo

Y es que si esa noche no sabía que estaba con Fabio, pero he tenido algunos sueños húmedos con él y cuando estuvo cerca de mí el día que nacieron mis hijas.

Pues si no pude evitar sentirme tentada por ese magnífico hombre, pero eso es algo que no volverá a pasar, por qué nunca más me volveré a acostar con el mejor amigo de mi hijo.

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