POV MAGNOS
Corría por el bosque con agilidad, siguiendo el olor a sangre. Mi corazón acelerado en el pecho y el miedo consumiendo mi ser. Corría como si el propio diablo me estuviera persiguiendo. Necesitaba llegar pronto. Finalmente, llegué al origen del olor y encontré a la maldita Verónica caída, inconsciente, con una gran herida en la cabeza. Alguien la golpeó con brutalidad. Me sentía desesperado. ¿Dónde estaba Amelia?
— ¿Dónde está nuestra Amelia? — pregunté, nervioso.
— Cálmate y olfatea, ¿no estás sintiendo ese olor? — dijo Cosmo en mi mente. Me agaché cerca de Verónica y olfateé. Era el olor de mis cachorros. Mi corazón se apretó cuando lo constaté. Miré el lugar mojado.
— Es el olor de nuestros cachorros, Magnos. Esto no es bueno. ¡Sigue el olor, rápido! — habló Cosmo, afligido.
No pude responderle. Mi mente estaba solo en aquel olor y en lo que significaba. La bolsa amniótica de Amelia se había roto, y mis cachorros estaban en camino. Comencé a olfatear, y el rastro lle