POV DE MAGNOS
Amelia se quedó dormida en cuanto terminó de comer. Todavía sentía rabia hacia esa infeliz. Helio dijo que dormiría por un buen rato y que era normal que las humanas embarazadas sintieran mucho sueño y náuseas. Después de explicar todo y darle recomendaciones a Cecilia, Helio se fue. Le pedí a mi hermana que saliera y me dejara a solas con Amelia.
Cuando estuve solo, me acerqué a la cama y me senté. Puse mi mano sobre el vientre de Amelia. Necesitaba asegurarme de que mis cachorros estuvieran bien. Pude sentir a los cuatro y parecían estar bien; nuestra conexión era tan buena. Y escuchar sus corazones era maravilloso.
—Cosmo, ¿puedes saber si realmente están bien? —pregunté.
—Están bien, puedo sentirlo por nuestra conexión. Quédate tranquilo, nuestros cachorros son guerreros y muy fuertes —dijo Cosmo lleno de admiración.
—Perfecto —respondí. Miré el rostro de Amelia y dormía tranquilamente. Cuando estuve seguro de que mis cachorros estaban bien, me levanté y llamé a Ceci