POV DE MAGNOS
Durante dos días, estuve pendiente de Amelia y nuestras crías. Cecilia y Helio me informaban de todo lo que pasaba con Amelia. A Cosmo no le gustó no poder estar al lado de las crías. Yo quería quedarme, pero tengo mis responsabilidades con mi manada.
Estoy esperando a que Amelia despierte para hablar con ella. Olí a mi hermana en el pasillo de mi habitación, viniendo hacia acá. No tardó en tocar la puerta.
— Adelante — dije. ¿Qué hace en casa? Cecilia debería estar en el hospital cuidando a Amelia y mis crías. Entró con una gran sonrisa.
— Buenos días, hermano — dijo Cecilia contenta. No sé por qué tanta alegría tan temprano.
— Buenos días, Cecilia. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en el hospital? — pregunté.
— Vine a casa por ropa limpia. Ya vuelvo para allá. Quiero estar ahí cuando Amelia despierte. Helio dijo que debería despertar hoy. No sé cómo los humanos pueden dormir tanto — comentó Cecilia.
— No te apures, yo voy al hospital ahora. Puedes descansar un poco —