POV AMELIA
Desperté y noté que el cuarto estaba oscuro. Cuando me moví un poco, noté brazos fuertes envolviendo mi cuerpo de manera protectora. Puse mi mano sobre el brazo de Magnos y sentí su piel calientita y reconfortante. Él estaba abrazado a mí y el calor de su cuerpo transmitía una sensación de seguridad y tranquilidad. Estábamos durmiendo de cucharita, y la proximidad íntima entre nosotros me hacía sentir una alegría profunda. Sonreí feliz; era tan bueno despertar al lado de mi marido.
Me moví un poco y oí un refunfuño bajito y contrariado, un sonido característico de quien aún estaba inmerso en el mundo de los sueños. Magnos me abrazó aún más apretado, como si tratara de retenerme en un abrazo confortable y protector. La sensación era tan envolvente que me parecía imposible conseguir liberarme de sus brazos.
— Quédate quietita y vuelve a dormir. Aún es temprano, querida. — Habló Magnos con su voz ronca y somnolienta, una combinación de sueño y cariño que solo él sabía transm