Capítulo 25.

Un pastel.

Justo cuando Johana vio que todos estaban dentro del local abrió la puerta y Mercedes la siguió, cruzaron la calle y al entrar vieron que era una cafetería bastante acogedora que tenía diversas mesas, y entonces las atendió un señor…

-Díganme en qué puedo ayudarlas señoritas…

Johana dijo:

- Deme un pastel de fresa.

- Enseguida,¿lo quieres para llevar o para comer aquí?

- Para comer aquí.

Ambas fueron a una mesa en dónde era casi imposible no notar su presencia; y aunque la pareja que habían visto entrar no se veía por ningún lado, en una esquina si se encontraba el señor Mateo con el abogado sentados tomando un café y hablando discretamente.

- Cómete el pastel y vámonos.

- No te preocupes Mercedes que sólo es un pastel.

Para Mercedes esto no era solo un pastel, era un anuncio indirecto para decirle estoy aquí y aún te recuerdo, por favor mírame de regreso, y cuándo se dieron cuenta ya tenían el pastel en su mesa y la pareja acababa de salir, pero el anciano