CAPITULO 64

Este simple hecho ponía a Seit tan frágil como cualquier otro niño, impotente y lleno de miedo solo podía seguir sacudiendo a Julio para que le respondiera, y afortunadamente después de unos segundos éste reacciono.

Al abrir los ojos, Julio vio a su hijo todo lloroso y se lleno de una inmensa tristeza, cuando lo vio se levanto como pudo y lo abrazo, y con voz ahogada le dijo; hijo por qué lloras, tu padre esta bien, solo tuvo un accidente, pero ya estoy mejor.

Cuando Seit lo escucho, se sintió un poco aliviado, al menos esta vivo, limpiándose las lagrimas sonrió un poco y pregunto; papá, ¿Dónde esta mamá?, no estaba contigo?, parece que llegara mañana como dijiste, justo a tiempo para mi cumpleaños, pero si te ve así se preocupara, que le diremos, ¿Cómo te hiciste esto?.

Seit, lo siento mucho hijo, lo siento mucho, lo siento mucho,

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