— Después de haber echado a las dos mujeres Altamirano, el banquete siguió de la manera normal, Dorian, apartó a Alina, a una mesa, él la observaba fijamente, mientras que la bella mujer se sentía nerviosa
— Entonces, ¿no puedo quitarte los ojos de encima ni un solo momento? de lo contrario ya tienes a dos mujeres encima tratando de echarte del banquete — el hombre preguntó con seriedad
— Yo no empecé la discusión, fueron ellas las que trataron de enlodar mi nombre — Alina, se defendió, tal como lo hacía siempre de él
— Hmmm... ya veo, gatita, solo conmigo te gusta ser como un erizo, pero con los demás eres demasiado tolerante, ¿qué no debería ser al revés?
— No sé de qué hablas, pero te agradezco de todas formas lo que hiciste por mi — Alina sintió que su corazón se conmovió por como Dorian, la defendió hace un momento
— No quiero que me agradezcas, quiero que me des algo más práctico — entonces el hombre levantó el rostro de Alina con dos de sus dedos y la besó, el beso fue suave a