— La situación de la familia Altamirano, se estaba complicando demasiado, cada vez quedaban menos pretextos que darle a viejo amo, Pedro Altamirano, sobre la situación de la empresa, para Adam, era demasiado vergonzoso confesarle que la había perdido
— Alina, todavía seguía preocupada por la salud de su abuelo, había estado tratando de alejar a Dorian pero no había tenido suerte con eso, el Ceo la seguía viendo como su mujer, había adaptado su departamento a su gusto, ahora era tres veces más amplio, tenía muebles nuevos y colores neutros
— Esa noche, el millonario hombre llegó al edificio esmeralda en su maserati y sus habituales hombres de negro que siempre lo seguían, subió al piso de la joven diseñadora a quien encontró leyendo en su habitación
— ¡Levántate y cambiate, iremos a una cena! — Dorian vestía un elegante traje azul oscuro, parecía ser un príncipe azul, ese que toda chica sueña con tener, pero que en realidad era un aterrador tirano y controlador
— No estoy de ánimos para