Poco a poco me fui acercando a Liam, intenté acariciar su mejilla con mis dedos pero me cogió la mano mirándonos los dos, erizando mi piel al tacto suave de su mano.
— Tus ojos me dicen que me amas aunque tus labios están sellados para mi, Liam mirame a los ojos y dime que me ves, te amo y nunca amaré a otro hombre que no seas tú — le dije
— Andrea yo no sé, estoy confundido y no sé qué decirte — fueron sus palabras
— David ha mandado a sus sicarios a buscarme, estamos en peligro mi hijo y yo, pero yo necesitaba decirte que el bebe que espero es tuyo, te amo Liam y siempre te amare — le dije esquivandolo para marcharme
— Andrea espera, –Me dijo, latiendo mi corazón más deprisa— ves a ver a mi abogado y dile que te dé el dinero de la herencia que te dejó tu padre lo necesitarás cuando nazca el bebe, ya le firme los papeles, no tendrás ningún problema — me dijo
— Gracias, pero no quiero ese dinero, esperaba que tu reconocieras a tu propio hijo cuando nazca, adios Liam — le dije cayendo