El sol anuncia su desaparición y lo va haciendo de a poco hasta formar un ambiente oscuro y melancólico, recordándome cuánto odio los días nublados. Las primeras gotas comienzan a descender como polvo de ceniza, mojando el asfalto y, con un solo abrir y cerrar de ojos esa hermosa mañana de sol y nubes blancas se transforma en su contradicción, donde la lluvia que cae del cielo gris tiene el papel principal y lo demuestra de maravilla inundando las calles de la ciudad.
Para ese entonces, Rafael ya acomodó el equipaje en el baúl y ambos subieron al auto.
Emily: Seguilo.
Exclamo mirando a través de la ventana por la que apenas logro ver algo gracias al clima del exterior.
- Si hago eso…va a perder su día de clase.
Giro mi rostro y lo miro con suma ironía,