Luna Talos, capital de la Confederación Interestelar.
—Gracias por cuida a Cuasar mientras no estemos —le decía Michael Sevilla a su amiga la niña Viraki de nombre Yar’lin. Ella le acariciaba el lomo al perro labrador que jadeaba complacido.
—Un gusto. Disfruta las vacaciones.
—No son vacaciones. Asistiremos a la boda de una prima de mi mamá en Xith.
Mientras los dos niños hablaban los padres de Michael se veían muy ocupados cargando maletas y finalizando los últimos preparativos para el viaje. Una vez que Richard introdujo lo último del equipaje en el maletero del aerotaxi, llamó a su hijo.
—Hora de irnos, Michael, o perderemos el vuelo. Adiós Yar’lin.
Yar’lin se despidió con un beso en la mejilla de Michael y luego se alejó llevándose a Cuasar y diciendo:
—¡Adiós se&n