Rowan
— hola - dice con un tono de voz cálido que provoca que un escalofrío recorre mi cuerpo … Pensé que esto no me volvería a pasar.
— hola… lo siento, no sabía que estaba aquí - respondo nerviosa, sin poder mirar su rostro, esperando que no note las sensaciones que provoca en mi cuerpo.
— sí… Lo siento, estaba a punto de irme.
— … No!, no pasa nada, solo me sorprendí al verlo. Sebastián no me avisó que estaba aquí.
— sí, él suele hacer ese tipo de cosas... — nuestras miradas se encuentran por unos breves instantes, sus ojos negros me miran con intensidad, lo que me hace desviar la mirada - Orlando me contó que usted y mi hermana son buenos amigos - digo para intentar disolver la tensión
— así es…
— me gustaría agradecerle por todo lo que ha hecho, si ustedes no me hubieran ayudado, jamás me habría enterado de dónde se encontraba ni que le había ocurrido. — me acerco hasta la cama y tomo la mano de mi hermana…
— no tienes nada que agradecer, al contrario, yo te agradezco a ti, en