Stefano mira a los abogados primero, a su hermano, a Angela y por último a Ariana exclamando . .
–Perdóname Ariana . . . sino no te mencioné antes este secreto de nuestra madre . . .—con voz irónica al final Stefano continuo
–Te sentías tan orgullosa de Donato, eras la niña consentida de papa Donato y el orgullo de mama. . . que no me pareció romper tu mundo. . . el mío estaba roto desde hace muchos años y no quería causarte ningún dolor.
Ariana se abrazó a su hermano y exclamó . . .-Porque de nuevo siento que te falle en la vida hermanito.
–No . . . tú nunca me has fallado, tranquila. Quienes me fallaron fueron otros, iniciando por mi madre.
–No digas eso Stefano. . . eso no es verdad. Una madre hace grandes sacrificios por el bien de sus hijos. . . Ya te comenté cómo el duque Monserrat y yo llegamos a . . ., a mantener una relación secreta durante un año. Y de esa relación prohibida. . . pero una relación valiosa para mi, porque aprendí amarme a mí misma, y dio como fruto