Edward había recibido varias llamadas a su teléfono mientras conducía, las respondió con precaución y los ojos puestos en la carretera, por supuesto.
Se puso ligeramente nervioso cuando escuchó la voz calmada de su patrón, pidiéndole amablemente que llevara a su esposo a una propiedad que tenía a las orillas de la ciudad. Isaac le pidió también una breve y escueta disculpa por el "drama" que había hecho Elouise y mencionó algo sobre no tener mucha importancia porque sucedía "a menudo".
A Edward le estaba costando cada vez más mantener a raya su curiosidad.
Se repetía una y otra vez que aquello no era su asunto. Que las lágrimas de la castaña no eran motivo para indagar en su vida personal y que aquel matrimonio problemático no era en realidad tan disfuncional. Quizás sólo eran diferencias y confusiones, talvez Elouise era la típica chica celosa que no entendía de razones cuando su esposo tenía que marcharse con compañeros de trabajo o lo que sea... A Edward no debería importarle.
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