Cuando este se fue bajó Joaquín, quien la miró con odio.
—¿Dónde está Salomé?
Como ella se quedó callada, él se acercó y la sacudió con fuerza.
—¿Por qué la drogaste a ella también? No entiendo tus razones para hacerlo.
—Mi hermano la llevó a la clínica Danoka—dijo con un sollozo—. Yo no la drogué