-Dime Adri ¿Cómo está Jacob?

-Está muy bien – mientras termina de arrullar a su bebé – cada día está más fuerte, y se parece más a él

-Tranquila, en un par de meses su cercanía conmigo le hará tomar mis rasgos, y así no quedarán dudas de que es mi hijo

-Tengo miedo, a Roger le dieron solo diez años, cuando salga ¿Qué podría pasar?

-Tranquila – acercándose y colocándose a la altura de la dulce joven – no dejaré que ese hombre los lastime

-Dimi – acariciando aquella mejilla – gracias, sin ti no hubiera sabido qué hacer

-Desde que te conocí tuve la necesidad de protegerte, y estoy cumpliendo

-No lo hagas porque sea un deber

Dimitri queda en shock.

-Hazlo porque eres mi esposo y el padre de Jacob – dando una sonrisa

-Entonces – tomando la mano de la joven – cuando te sientas preparada podremos consumar nuestro matrimonio

Adriana se sonroja de golpe, pero da una enorme sonrisa.

Misma que es devuelta por Dimitri.

A los pocos días Miranda y Sean son dados de alta, eso sí con una enorme y larg