La Peor de las Cobardías...
-¡Voy a salir ahora mismo! ¡yo no quiero estar contigo!
Pero él se lo impidió y ella puso un puchero que a los ojos del hombre le pareció adorable.
-Te has arriesgado cuando dejaste la seguridad del yate
- ¿Eh? ¿pero de qué hablas?
-Te guste o no y así me odies, eres la esposa de un hombre muy rico, e hija de una pareja influyente y que fue muy rica en su momento, eso hace de ti un blanco vulnerable
- ¿Eh? ¿un blanco vulnerable? ¿para quién?
- ¡Para ladrones, secuestradores y los paparazzi! Cuando me enteré que desembarcaste me preocupó seriamente tu seguridad, ¿Qué demonios pensabas? Que seas una infeliz, no te da el derecho de disponer de mi gente y mis cosas
La joven quedó en shock y tu tez palideció.
-No creo tener algo de valor, así ¿Qué para que se molestarían esas personas?
- ¿Qué no tienes nada de valor? – tomando la mano de la joven en donde reposaban sus anillos – esto es suficiente para que te hagan daño ¿Qué no lo pensaste siquiera?
-Yo…yo lo siento, no pensé
-Al menos está