David la miró. “No recuerdo nada de eso y como no lo recuerdo no hay ningún parentesco”.
Él pensó en lo que ella decía, la vomitaba y la hacía sufrir con su excremento, el hizo una pequeña mueca riendo y pensando que sería genial haber visto la cara curiosa y los gestos de asco que Dinora hacía cuando lo cambiaba.
Ella ofendida resopló y se giró a la ventana para no discutir, nunca le había ganado a este niño, mejor seguiría esperando a que su amiga llegara con el galán.
Carlos llegó a la pequeña casa y ayudó a bajar a Marina.
Marina sonrió agradeciendo. “Gracias, la película estuvo bien y gracias por la comida”.
Carlos sonrió y le dijo. “Necesito hacer algo que he querido hacer desde el día que te vi entrar a mi consultorio”.
Marina confundida preguntó “¿Qué es?”.
Él se acercó, tomó su rostro y la besó.
Dinora se cubrió la boca para no gritar, se levantó del sillón y brincó por la sala, David la miraba aturdido, Dinora se calmó y dijo en voz alta. “¡Guau!, en la primera cita,